domingo, 26 de octubre de 2014

Más luz, por favor.



Un día hablé con Rafa. Mi intención era dejar la banda. Sabía que ese ya no era el camino. Las cosas se pusieron difíciles para músicos, dueños de bares y promotores de eventos.                                  

La situación era precaria para un país entero. 
                                                    
El hampa asumió el control y la economía era algo incomprensible. Un país petrolero convertido en pueblo sin ley. Pobreza en todo lugar.   

Recuerdo un viaje que hicimos a Maracaibo para tocar en un bar.

En algún punto del trayecto empezó a llover y la visibilidad era muy mala. Habíamos dejado atrás esa refinería que se encuentra a la altura de Puerto Cabello. Uno esperaría que lugares como ese estuviesen más desarrollados y mejor iluminados. En todo sentido. En fin, continuamos por la carretera a oscuras y pinchamos un caucho. Nuestro chofer hizo lo que pudo y salimos de la carretera hacia un terreno. 

Nos apartamos de la carretera para no estar visibles. La norma para ese momento era ser asaltados y salir en la prensa al día siguiente. “Mataron a unos fulanos músicos”. Punto. Tuvimos suerte.

Rafa, Erik, Francesco y yo contábamos con linternas. El chofer tenía sus herramientas al día y un caucho de repuesto.

Sin perder un minuto nos dispusimos a estabilizar el transporte en un terreno irregular y a salir de ahí lo antes posible. La oscuridad era total.  Ni Luna ni estrellas.

Hicimos el show en Maracaibo donde pedí el total de la puerta al dueño del bar. Rafa y Erik solían ocuparse de reclamar los pagos. 

Es un oficio arriesgado hacer giras de bares en un país como Venezuela. Muchas bandas están buscando un mejor destino fuera de su país. O un circuito que los lleve a tocar en México, Colombia, Argentina y otros países. Por mi parte, tuve que abandonar Atkinson y buscar “Otra Realidad”. 

Los temas de Atkinson estaban cargados en buena parte de ira y frustración. Muchas de las letras intentaban ilustrar la tragedia del país y me agoté. La ira y la frustración me dejaron sin voz. 

                             
Mérida, San Cristóbal y Caracas una vez más. También agota ese desequilibrio emocional que causan las separaciones de bandas. Aún así, sólo queda continuar. Y muchas bandas continúan haciendo lo que deben hacer. Tener fe en sus canciones.