miércoles, 14 de mayo de 2014

Día de las madres.


Mi mamá se llama Nelly Mathison. Sus papás fueron mis abuelos Alberto Mathison y la abuela Memela. Me cuenta mi mamá, que nació en los Jardines del Valle y creció entre esa urbanización y El Paraíso. Luego con gran esfuerzo, el abuelo Alberto compraría una casa bellísima en Altamira. Muy cerca de la montaña. Con ese gesto, el abuelo nos cambió la vida a todos. A mi mamá y sus hermanos. Y a mí y a todos mis hermanos. Nelly se casó joven. Seguramente, tuvo varios pretendientes. Las amigas amenazaban con quitarle al novio y se lanzó al agua. Más pronto que tarde se llenó de hijos. Ingrid, Iván, Christian, Adrián y Ervin. Pronto mi viejo se iría de la casa. El viejo Alfonso es un personaje. Nelly se ocupó de darnos lo mejor. Buenos colegios y amor incondicional. Trabajadora y encantadora. Siempre feliz y de buen ánimo. Cantando logró colocarme en la música. Afortunadamente, contó con buenos ayudantes a la hora de educarnos. Todos mis tíos, Schäfer y Mathison. Todos los tíos nos cuidaban y nos inventaban paseos. Cinco hijos pueden volver loca a cualquier madre divorciada. Sin duda, es una prueba divina. Debo haber hecho algo bueno en otra vida para merecer ser hijo de Nelly. Mis respetos y profunda admiración a todas las madres.
Siempre estarán más cerca de Dios. Amén. W

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