La situación era precaria para un país
entero.
El hampa asumió el control y la
economía era algo incomprensible. Un país petrolero convertido en pueblo sin
ley. Pobreza en todo lugar.
Recuerdo un viaje que hicimos a Maracaibo
para tocar en un bar.
En algún punto del trayecto empezó a
llover y la visibilidad era muy mala. Habíamos dejado atrás esa refinería que se
encuentra a la altura de Puerto Cabello. Uno esperaría que lugares como ese
estuviesen más desarrollados y mejor iluminados. En todo sentido. En fin, continuamos
por la carretera a oscuras y pinchamos un caucho. Nuestro chofer hizo lo que
pudo y salimos de la carretera hacia un terreno.
Nos apartamos de la carretera para
no estar visibles. La norma para ese momento era ser asaltados y salir en la
prensa al día siguiente. “Mataron a unos fulanos músicos”. Punto. Tuvimos
suerte.
Rafa, Erik, Francesco y yo contábamos con
linternas. El chofer tenía sus herramientas al día y un caucho de repuesto.
Sin perder un minuto nos dispusimos a
estabilizar el transporte en un terreno irregular y a salir de ahí lo antes
posible. La oscuridad era total. Ni Luna
ni estrellas.
Hicimos el show en Maracaibo donde pedí
el total de la puerta al dueño del bar. Rafa y Erik solían ocuparse de reclamar
los pagos.
Es un oficio arriesgado hacer giras de bares en un país como Venezuela. Muchas bandas están buscando un mejor destino fuera de su país. O un circuito que los lleve a tocar en México, Colombia, Argentina y otros países. Por mi parte, tuve que abandonar Atkinson y buscar “Otra Realidad”.
Es un oficio arriesgado hacer giras de bares en un país como Venezuela. Muchas bandas están buscando un mejor destino fuera de su país. O un circuito que los lleve a tocar en México, Colombia, Argentina y otros países. Por mi parte, tuve que abandonar Atkinson y buscar “Otra Realidad”.
Los temas
de Atkinson estaban cargados en buena parte de ira y frustración. Muchas de las
letras intentaban ilustrar la tragedia del país y me agoté. La ira y la
frustración me dejaron sin voz.
Mérida, San Cristóbal y Caracas una vez
más. También agota ese desequilibrio emocional que causan las separaciones de
bandas. Aún así, sólo queda continuar. Y muchas bandas continúan haciendo lo
que deben hacer. Tener fe en sus canciones.